The Doors se dieron a conocer ya en todo su esplendor artístico en su álbum epónimo de estreno (dos botones de muestra: "Light my fire" y "Break on through"). Y bastaron cinco años para dejar su nombre grabado con letras de oro en las enciclopedias del rock.
La portada de The Doors (1967) simbolizaba la especial importancia acordada a Jim Morrison. La mitad del espacio era para él, la otra mitad para el trío de sus acompañantes: Ray Manzarek (teclados), John Densmore (batería) y Robbie Krieger (guitarra).
Aquel dinamismo musical de alto voltaje por el que circulaban corrientes procedentes del blues, del jazz o clásicas, se alimentaba de la tensión hipnótica que Jim Morrison, poeta y chamán del rock, creaba viajando entre la lírica y el drama.
Al llamarse The Doors apuntaban a un poema de William Blake que alertaba de un mundo con puertas abiertas a una percepción superior, el cual se presenta al 'llegar más alto' o al 'abrirse paso hasta el otro lado', como exigía febrilmente Jim Morrison.
(Ya sabes que el día destruye la noche / La noche divide el día / Quise escapar / Quise esconderme / Ábrete paso hasta el otro lado... / Hemos perseguido aquí placeres / Y allí excavado buscando tesoros / Pero ¿te acuerdas del tiempo en que llorábamos?... / Ella llega a lo más alto / En tus brazos encontré una isla / Un campo en tus ojos / Brazos que nos encadenaron / Ojos que mintieron / Ábrete paso hasta el otro lado")
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