Caitlin Rose procede de Nashville, la capital del country-rock americano, y quizá por ello, aunque sólo con veintiséis años, ya ha dado atractivas muestras de pertenecer a una herencia musical de alta escuela.
Los especialistas han reconocido en esa herencia influencias de Bonnie Raitt, Linda Rondstadt o Loretta Lynn, un magnífico elogio para una artista que sólo lleva publicados tres álbumes hasta la fecha.
Caitlin Rose se estrenó en el mercado discográfico con Dead Flowers (2008), mini-LP de rock alternativo y sabor country, al que siguió Own side now (2010), en donde firma siete de las diez canciones y desvela afinidades pop.
Caitlin Rose decididamente ha renovado el clasicismo de sus orígenes con The Stand-in (2013), en el que la escala de su música y sus recursos como intérprete se amplían al rock. 'No one to call' abre el disco.
(Estoy llamando a cualquier línea abierta / Siempre circulan interferencias por las ondas / Hace mucho tiempo que cerró mi radio favorita / Ahora no encuentro los sonidos que busco/ ¿La línea está abierta? / ¿Sonará esa canción? ¿De verdad la van a radiar? / Porque no tengo a nadie a quien llamar)
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