martes, 21 de junio de 2022

Busload of faith

LOU REED (Busload of faith)

Lou Reed parecía haberse extraviado a mediados de los ochenta bajo el influjo de la música electrónica, cediendo en Mistrial (1986) parte de su fuerza creadora a la musicalidad insulsa de las máquinas, como prueba que cambiara la batería por la caja de ritmos.
Pero Lou respondió a aquel fracaso comercial cargando de adrenalina New York (1989), su elogiado siguiente álbum. Ya no pretendía ser el artista escandalosamente transgresor de los setenta, pero sí recuperar la vertiente de su inconformismo radical.
Y lo hacía con una banda (Fred Maher, batería; Rob Wasserman, bajo; y Mike Rathe, guitarra) que mantiene inalterable el pulso rítmico del rocanrol intenso, mientras él mismo extrae notas ásperas de su guitarra, haciéndose eco de los temas del disco.
Nueva York era el epicentro de su vida personal y artística, la fuente de su tormentosa inspiración, que esta vez conforma un diario de amargas anotaciones sobre el SIDA, la destrucción ambiental, los asesinatos policiales, la desigualdad racial o el desengaño.

(No puedes depender de tu familia / No puedes depender de tus amigos / Ni depender de un comienzo / Ni depender de un final / No puedes basarte en la inteligencia / Ni depender de Dios / Solo puedes depender de una cosa / De que necesitas un montón de fe para tirar adelante… / Dependes de que siempre pasa lo peor / Dependes de la motivación asesina / Que no se detendrá ante un niño / Y puedes estar seguro de que si aborta / Los pro-vida la atacarán con saña)

sábado, 11 de junio de 2022

White bird

IT’S A BEAUTIFUL DAY (White bird)

It's A Beautiful Day nació en San Francisco en 1967 al abrigo de la eclosión contracultural que animaba la costa Oeste, dándose a conocer al principio en actuaciones en el Matrix, el Fillmore y el Avalon, salas estandartes del sonido en vivo de la ciudad.
It's A Beautiful Day se constituyó bajo el liderazgo de David Laflamme, cuyo violín eléctrico dominaba las composiciones, dotándolas de reminiscencias exóticas. Pero también la teclista Linda Laflamme contribuyó notablemente a su primer y legendario álbum.
It's a Beautiful Day (1969), además de distinguirle una portada de singular encanto, debe su fama a la emblemática ‘White bird’, que cobra evocación y añoranza en los arreglos de David, y realce a través de las armonías de la cantante Pattie Santos.  
Fue su sonido más psicodélico, pues ya Marrying Maiden (1970) registra, junto a cambios de personal, tonalidades afines al country-rock, siguiendo una dirección musical que, al disolverse la banda en 1974, se había apartado del rock progresivo inicial.  

(Blanco pájaro en su jaula dorada, un día lluvioso de invierno / El pájaro blanco en jaula dorada, solo / En la larga y negra carretera, las hojas se agitan contra el cielo oscuro, furiosas / Pero el pájaro blanco permanece en la jaula, desconocido / El pájaro blanco debe volar o, si no, morirá / El pájaro blanco sueña con los álamos / Con sus hojas amarillentas cambiando al dorado / Pero el pájaro blanco se posa en la jaula / Y va haciéndose viejo)

viernes, 3 de junio de 2022

Auntie Aviator

BEVERLEY & JOHN MARTYN (Auntie Aviator)

En 2018 se publicó un notable disco con grabaciones realizadas por Beverley Martyn en 1966 que no llegaron a ver la luz. Tenía entonces dieciocho años y estuvo acompañada de estrellas como Jimmy Page (Led Zeppelin) o John Renbourn (Pentangle).
Dejando atrás una primera inclinación por el teatro, Beverley ya había alcanzado un estatus relevante dentro del folk británico. Su relación posterior con Paul Simon la llevó a California y facilitó su breve aparición en el Festival de Monterrey de 1967.
En 1969 conoció a John Martyn, de sensibilidad y técnica de guitarra poco comunes, convirtiéndose en su mujer y pareja artística. Un primer trabajo conjunto fue Stormbringer (1970), que, grabado en Woodstock, se enriquece con influencias de The Band.
Al volver a Londres, el productor Joe Boyd alentó el sonido experimental que ambos perseguían en The road to ruin (1970 ). Lográndolo particularmente en ‘Auntie Aviador’, una canción provista de aire fantasmal y derivaciones de jazz lisérgico.

(Tía aviadora, más pronto que tarde llegaremos / Volando por encima de las nubes / Ponte a mirar y yo estaré en todas partes / Corre, corre, corre, corre / Jamás te decepcionaré / Corre, corre, corre, corre / Nunca tocaremos tierra / Y si no queremos / No descenderemos / Dijeron que yo era una soñadora / Que todo lo que hacía era sentarme a mirar / Llévame a donde no haya nadie... / Corre, corre, corre, corre)