David Sylvian comenzó una carrera propia en 1982 tras ocho años liderando Japan, la banda londinense que, caracterizada entre los New Romantics, siempre quiso ser expresión estético-musical de una búsqueda reflexiva y melancólica de la belleza.
Si en David Bowie apostar por la moda era mercadotecnia, en David Sylvian era la manera de negar la mediocridad y la grisura que seguramente conoció en el entorno familiar y social donde creció. Brilliant Trees (1984) fue su primer y gran ensayo en solitario.
Las contribuciones de Ryuichi Sakamoto, John Hassell y Holger Czucay le prestan un tejido de sintetizadores, electrónica y música de jazz y ambiental, que David Sylvian convierte en pop nostálgico, muchas veces afín a una espiritualidad con raíces orientales.
Es una rica trayectoria que está salpicada de álbumes en donde el recuerdo y el deseo adoptan formas brumosas. En Dead bees on a cake (1999), la canción 'Krishna Blue' está envuelta de la religiosidad india, otro de los grandes intereses de David Sylvian.
(Aquí está ella, la nieve cayendo / En medio de la noche/De maneras seductora... / Ella es todo lo que necesito / Todo lo que soy / La voz de compasión dentro del hombre/Si abres las puertas comienza la locura... / Hay todo en su manera de andar / Gracia y luz que me atraviesa.. . / Me desanuda la cuerda de las manos / A la que anudaba temores y esperanzas / La verdad se abre/Nado el río de color hacia ti / Krishna Blue)
No hay comentarios:
Publicar un comentario