domingo, 2 de agosto de 2020

The battle of Evermore

LED ZEPPELIN (The battle of evermore)

Jimmy Page se unió en 1966 a The Yardbirds, un quinteto de rythm & blues en el que antes habían lucido las guitarras de Eric Clapton y Jeff Beck. Sintiendo haber perdido la magia, sólo él persistió, y de su búsqueda nació Led Zeppelin en octubre de 1968.
El año siguiente estrenaban el primero de una formidable sucesión de álbumes que, intercalando esencias pertenecientes al rock duro, la psicodelia o el folk, y agigantadas por la voz titánica de Robert Plant, mostraban canciones de arrebatadora grandiosidad.
Jimmy Page, que abriría una librería sobre temas esotéricos en Londres y se interesaba por el ocultismo de Aleister Crowley, ejerció el liderazgo de compositor, productor y escritor de las letras, tarea ésta que terminaría compartiendo con Robert Plant.
La especial conjunción de ambos alumbra en Led Zeppelin IV (1971) canciones como ‘Stairway to heaven’, la más aclamada del grupo, pero también ‘The battle of Evermore’, con referencias a ‘El Señor de los anillos’ y participación de Sandy Denny.

(La reina de la Luz tomó el arco / Y se dispuso a emprender la marcha / El Príncipe de la Paz abrazó la penumbra/ Y anduvo solo en la noche / Oh, baila en la oscuridad de la noche / Canta a la luz de la mañana / El Señor de lo oscuro llega como jinete brioso esta noche... / Deja a un lado el arado y la azada / Descansa para no poner cierre a tus casas / Esperamos juntos el poder / De lo más oscuro de todos ellos / Oigo el galopar de los caballos en el valle de abajo / Espero a los ángeles de Avalon)


1 comentario:

  1. Excelente post!
    Me hace pensar, como contrapunto, en el poema de Marianne Williamson (escritora, política, filántropa y activista por la paz) que fue utilizado por Nelson Mandela en su discurso de acceso a la presidencia de Sudáfrica:

    NUESTRO MIEDO MÁS PROFUNDO no es el de ser inapropiados.
    Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.
    Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta.
    Nos preguntamos:¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
    Más bien, la pregunta es : ¿Quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo.
    No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
    Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros, como lo hacen los niños.
    Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior.
    No está solamente en algunos de nosotros: está dentro de todos y cada uno.
    Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.
    Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.

    Gracias por la música.

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