BOB DYLAN (Everything is broken)
A mediados de los ochenta, Bob Dylan se inquietaba ante la falta de inspiración y el temor, según cuenta en notas autobiográficas, a estar acabado artísticamente. Pero se equivocaba: los hombres de genio no duermen ni cuando la noche cae sobre ellos.
Él, que había liderado los cambios culturales y había sido artífice de la renovación de la música popular, se encontraba ahora desorientado, en medio del dominio de los sintetizadores y la rendición al culto de la imagen y la moda.
Cerca de cumplir los cincuenta en 1989, Dylan se enfrentaba a las dudas de la edad madura. La suerte fue dar con el productor y músico Daniel Lanois. Este le pidió que escribiera un puñado de buenas canciones. Del sonido se haría cargo él.
De esta manera, influido por el embrujo vudú de Nueva Orleans, resultó el álbum Oh Mercy (1989), que anunció el firme e imparable resurgir de Dylan, porque se liberaba de la parálisis de sus dudas para alimentar en ellas nuevas formas de material artístico.
(Versos rotos, cuerdas rotas / Hilos rotos, muelles rotos / ídolos rotos, cabezas rotas / Gente que duerme en camas rotas / No valen tonterías, no valen bromas / Todo está roto / Botellas rotas, platos rotos / Teclas rotas, puertas rotas / Vajilla rota, piezas rotas / Calles llenas de corazones rotos / Fragmentos de palabras que nada significan / Todo está roto / Es como si cada vez que paras para darte la vuelta / Algo chocara contra el suelo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario